NARRACIONES.

 

Un lugarcito para mi:





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Los sueños, escenas sin lógica para la razón pero inundadas de vitalidad y significado, en ellos se esconden las respuestas a muchos de nuestros interrogantes. 


El tren de mis sueños

Un microrrelato para disfrutar.



10 de diciembre del 2020.
Muestra del taller de narradores de la Biblioteca de Morón. 

María Fernanda.


El tren de mis sueños es un texto que quiero mucho. Si bien es una historia ficticia, pero muchas veces nos enfrentados a enigmas y nos vemos atrapados por miedos,  que disfrazamos.
Miranda, una joven que se animó a enfrentar sus fantasmas y seguramente logrará  tener una vida más plena.


 El tren de mis sueños:

Mi nombre es Miranda. Tengo una interesante profesión y una vida llena de caóticos desencuentros. Un trabajo seguro, un departamento modesto, alquilado y si te estás preguntando… ¡Sí! tengo una pareja estable. Sin embargo, no soy feliz. Deseo detener el tiempo para que la vida no me enfrente a elecciones inútiles que cambien su rumbo. 

Algunas noches deseo dormir sola y en mis sueños aparecen las imágenes de un lugar inmenso que me da paz. Sola, camino descalza sin miedo, sobre este campo; sé que estuve aquí. De repente una neblina lo cubre y me doy cuenta que llega mi tren, ese trencito de juguete que me sacó de mi infancia sin poder despedirme. Deseo subirme y volver, pero el miedo se apodera de mí y me despierto. A la noche siguiente le pido a Julio que se quede conmigo y me duermo abrazada a él para evitar enfrentarme a ese viaje pendiente. Quisicosa escondida en un rincón de mi memoria. Él es hombre íntegro, de buenos sentimientos; tal vez demasiados para mí. Muchas veces me propuso que vivamos juntos y hasta matrimonio. Pero, honestamente, no me despierta el deseo de un cambio semejante en mi vida. No estoy lista.

Sin embargo, quiero volver a ese campo y animarme a localizar esa parte de mi historia que quiebra mi presente y mi existencia. Redescubrir los motivos que me hicieron feliz y no puedo encontrar en mi bendito presente. Es urgente, debo volver. El tren va pasar por última vez. Lo sé. La respuesta la tiene esa nena pequeña que una vez fui. 

Una vez más, busco quedarme sola. Enciendo la luz tenue del velador. Me pongo el camisón rosa gastado con florcitas blancas, que me traje de Campana. Me dejo envolver por las sábanas con aroma a lavanda. Respiro hondo, cierro los ojos y me entrego a ese ensueño. 

Tomé valor; estoy acá, al fin llegué. Me doy vuelta y a lo lejos veo mi realidad. Una cotidianeidad apurada, muchas veces intransigente y tan ajena a mí. Tengo que seguir… Camino descalza sobre el césped, despacio. Te voy a encontrar. Estoy cansada. Me duele el cuerpo, me duele ser, tal vez sea mejor que deje que otros elijan por mí, como las otras veces. Tal vez sea una locura. Pero no, esta vez no. El calor me invade y agobia. Tengo que seguir. Respiro profundo. Sé que puedo. Dejé atrás un trabajo exitoso y una relación de pareja estable o eso creo.

Si lo construido es tan bueno, seguirá allí cuando regreses. Seguí. Me escuché decir. Entonces seguí. De repente la neblina clara cubrió el pasto, levanté la cabeza y vi mi tren. No sé cómo subí, a ese trencito de juguete en busca de mi infancia inconclusa, ese enigma punzante que quiebra mi presente. A enfrentarme a ese padre que nunca volvió. A esa madre decepcionada. A la niña que, desde hace años, lleva el peso de no haber podido retener el amor de un hombre que se fue, sin decirle adiós. 


Por qué. para qué, para quién escribo. Paola Vicenzi

https://youtu.be/6_toT_YEeTg








Comentarios

  1. Es importante prestar atención a los sueños pueden revelar enigmas e importantes respuestas.

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